Ella, estés donde estés, si me estás oyendo, te quiero. Eres mi mundo. Siempre has dicho que creías que Cinder era un cobarde por hacer lo que la gente esperaba de él en lugar de seguir su corazón. Bueno, yo no soy un cobarde. Este príncipe Cinder elige a su Ellamara. Te elijo a ti, Ella, y no pienso dejar que tú seas una cobarde. No voy a dejar que la fama te asuste. ¡Somos Cinder y Ella, señorita! ¡Se supone que tendremos nuestro final de cuento de hadas!».