Vicente y María formaban un matrimonio muy enamorado. Se habían casado hacía 8 años y vivían con Sonia, la hija de María, que quería a Vicente como si fuera su padre. Estudiaba veterinaria y era una chica preciosa, madura y estudiosa. Una noche Vicente les anuncia que Gerardo, el hijo que tuvo con su primera mujer pero que siempre vivió con su tía, ha sacado las oposiciones de Registrador de la Propiedad y ha conseguido plaza en su ciudad. Sonia sólo lo conoce de hablar con él por teléfono, y le parece un buen chico. Un sábado que Vicente y María habían salido llega Gerardo y por fin se conocen, se cuentan sus historias y sus vidas en ese momento empezaran a cambiar…