Pedro Salinas es, junto a Jorge Guillén, el poeta de más edad de la Generación del 27 —un momento histórico y literario solo comparable al Siglo de Oro—, maestro, a la par que compañero, de poetas como Luis Cernuda, Federico García Lorca o Rafael Alberti. Su poesía es una de las más sugerentes, frescas y deslumbrantes de este siglo. El ciclo amoroso que describen los libros La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento —que cuentan una historia de amor desde sus albores hasta su crepúsculo lamentado—, han convertido a Salinas en el poeta del amor, el mejor y más duradero cantor de las historias, entusiasmos y amarguras del corazón. A pesar del tiempo transcurrido desde que fueron escritos, estos poemas mantienen intactos su fuerza, su brío, su capacidad de despertar emoción y de revelarnos todo aquello que quizá conocíamos pero que nunca antes sabíamos que podía formularse de ese modo, con esa especial penetración y agudeza, ese fulgurante amor por los detalles que, de pronto, nos iluminan todo un mundo de sensaciones y pensamientos que nos convierten en una nueva persona, enriqueciendo nuestra sensibilidad y nuestra inteligencia.