Los escritos que agrupa La comunidad futura forman un arco que se abre con el brevísimo auge y la dilatada decadencia de un hotel en Villa Ventana, con gusto a metáfora sobre el país y que parece darle la razón a Lévi-Strauss en eso de que en América se desconoce lo antiguo, porque se pasa de lo lozano a lo decrépito sin transición, un tremendo matiz que acerca el asunto de esta historia a la del hotel de El resplandor de Stephen King y Kubrick, el Overlook. Desde ahí a una exploración sobre los significados abiertos y en pelea del patrimonio cultural en relación con las activaciones sociales que le dan un tratamiento u otro. En el medio, entre varias otras cosas, la militancia de los ochenta, la figura de la víctima que se desliza y se vuelve omnipresente, Los Rubios e Influencia interpretada por Charly García, la Plaza de Mayo, unos días –luminosos parecen— de agosto de 2006 en Mar del Plata cuando ocurre el Primer Congreso Argentino de Cultura, una secretaría y un ministerio. Cultura. En las ideas, en la perspectiva de Lerman, se deja ver una continuidad, como si una misma preocupación, que apenas oscila, se alimentara y creciera para ampliarse sin salir de andarivel.