Éric Laurent hace resonar con fuerza la voz del psicoanálisis como vehículo para ir más allá de la medicalización sistemática que interesa a las grandes farmacéuticas y del creciente mercado de las psicoterapias, en el que se corre el peligro de despojar a las personas de sus cualidades singulares para considerarlas desde una perspectiva uniformizada.
La Organización Mundial de la Salud no deja de insistir en que una de cada cuatro personas padece trastornos psíquicos o psiquiátricos serios a lo largo de su vida, y en que las depresiones están convirtiéndose en la enfermedad más notable del siglo XXI, equiparable al infarto de miocardio. Durante años, la ciencia se volcó masivamente en recetar medicamentos como la gran solución para tratar los trastornos mentales. Por fortuna, hoy ya se ha constatado oficialmente que las psicoterapias ofrecen un apoyo más que adecuado para equilibrar la simple prescripción de fármacos.