En 1882, se trasladó a París para trabajar como ingeniero en la Continental Edison Company, bajo la tutela del ingeniero Charles Batchellor, donde trabajó en la mejora de las dinamos existentes e inventó los reguladores automáticos, hecho que facilitó la difusión de la corriente eléctrica. En el mismo año, ideó el primer motor de inducción y empezó a desarrollar varios inventos que implicaban la utilización de campos magnéticos giratorios para aprovechar el uso de la corriente eléctrica alterna, por los cuales recibió la patente en 1888.