Los personajes que dan forma a “Metales rojos” cautivan por su arrojo y por el modo de hacer frente a las situaciones. Un violochenlista que toca en las escaleras del metro vive un idilio con una muchacha que huele a gasolina, dos adolescentes roban a un viejo que se dedica a la compraventa de motocicletas de la Segunda Guerra Mundial, dos amigas con ganas de diversión salen escarmentadas de una fiesta, un payaso que en su última actuación tiene que defender a una mujer atracada en una calle oscura…, personajes en su mayoría con una vocación artística contenida. El mundo sólo les ofrece fragilidad y desesperanza. Rodrigo Díaz Cortez da cuenta en estos doce relatos de su contrastada intensidad narrativa, pegada al aliento de los sucesos.