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Sonya Renee Taylor

El cuerpo no es una disculpa

  • Nayhas quoted3 years ago
    La aceptación no debe confundirse con la conformidad o con la propuesta de resignación a la violencia y a los males del mundo
  • Tania Cázareshas quoted4 years ago
    De alguna manera, hemos acabado equiparando el éxito con no necesitar a nadie. Muchos estamos dispuestos a echar una mano, pero nos cuesta mucho pedir ayuda cuando la necesitamos. Es como si hubiéramos dividido el mundo entre «quienes ofrecen ayuda» y «quienes necesitan ayuda». La verdad es que somos ambas cosas. El autoamor radical no es un viaje solitario. Nuestra vergüenza corporal la construyó una complicada amalgama multidimensional de sistemas, estructuras y experiencias; la misma que creó el sistema social más amplio del terrorismo corporal. No podemos desmantelar ese sistema solos. La ciencia tiene mucho que ofrecernos para subvertir las fuerzas internas y externas de la vergüenza corporal.
  • Tania Cázareshas quoted4 years ago
    debemos tocar nuestros cuerpos, de todo tipo de formas y por todo tipo de motivos. Es imposible ser un administrador responsable de nuestro cuerpo si constantemente evitamos tener intimidad con él. Crear relaciones de amor requiere llegar a conocer a la otra parte. Nuestras relaciones con nuestros cuerpos no son una excepción. Según aprendemos de ellas podemos acceder a su singular poder y dones.
  • Betsabehas quotedlast month
    El racismo, el sexismo, el capacitismo, la homofobia, la transfobia, el edadismo y la gordofobia son algoritmos creados por la lucha de los seres humanos para hacer las paces con el cuerpo.
  • Betsabehas quotedlast month
    Nos cuesta sostener las verdades de otros porque en muy raras ocasiones hemos experimentado que sostengan nuestras propias verdades.
  • Betsabehas quotedlast month
    Para Terry Lyn Hines (1959-2012)

    Mi primer y más duradero ejemplo
    del poder del amor radical.

    La barriga de mi madre

    El pan de su cintura, una hogaza

    que yo amasaba con esas palmas de ocho años

    sudadas de jugar. Mi hermano y yo nos maravillábamos

    de los surcos y caballones. De cómo su ombligo se hacía cumbre.

    De cómo su barriga parecía una nuez. De cómo una vez fuimos semillas

    y habitábamos dentro. Nos reíamos, mi hermano y yo,

    cuando ella se tumbaba en el sofá,

    se levantaba la camiseta y dejaba que su barriga se extendiese como masa de pastel en un molde.

    Era un premio, como lamer el dulce de las varillas de la batidora en los cumpleaños.

    La ondulación de la barriga de mi madre no era

    una vergüenza que escondiera de sus hijos.

    Ella sabía que habíamos salido de ahí. Su barriga era un regalo

    que seguíamos compartiendo entre nosotros.

    Era tanto de ella, de su cuerpo,

    como nuestra por haberlo hecho nuevo,

    diferente. Su cuerpo era un altar de carne

    construido en nuestro recuerdo, por nosotros, para nosotros.

    Lo que queda de la barriga de mi madre

    habita un recipiente para cenizas que guardo en un armario.

    De vez en cuando abro la caja,

    paso la mano por los finos cristales con palmas

    que una vez tuvieron ocho años. Siento los surcos y caballones

    que ya no se encumbran sino que se escurren entre los dedos.

    Gránulos que hoy son mucho más sal

    que azúcar. Y aún así, todavía me maravillo

    ante lo que un día fue su cuerpo. Incluso en esta forma digo

    «yo salí de esto».
  • Erick Chas quotedlast year
    El hambre hace que aceptes cosas
  • R Güemeshas quoted2 years ago
    . Brown, The Gifts of Imperfection: Let Go of Who You Think You’re Supposed to Be and Embrace Who You Are
  • R Güemeshas quoted2 years ago
    Tenemos el poder de cambiar la narrativa de vergüenza corporal en nuestras vidas
  • R Güemeshas quoted2 years ago
    las tres «es» del tacto: exploración, examen y éxtasis
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