Esperan del otro un amor que da, pero que no exige nada a cambio. Ellos están para recibir. Además, jamás se equivocan. No lo pueden reconocer, pues creen que sus motivos son puros. Los manipuladores sanguijuelas tienen cuerpos de adultos, pero por dentro siguen siendo bebés. Y si no se salen con las suyas, prepárate, porque te van a perseguir y hacerte sentir su enojo.