Se llama cognición sugestionada. Durante un brevísimo instante, cuando la mente sale de un estado de sueño, la puerta entre la consciencia y el inconsciente está abierta de par en par. ¿Sabes que cuando te despiertas después de haber estado soñando, todo lo de ese sueño te parece real durante unas décimas de segundo? Entonces caes en la cuenta de que estabas durmiendo, y esos pensamientos se clasifican como es debido, como una ficción, o se olvidan por completo. El cerebro es capaz de determinar que esa información es falsa, porque es el propio cerebro el que ha creado el sueño. Si te ves expuesto a una información externa mientras esa puerta está abierta, al margen de cuál sea la fuente, el cerebro la puede clasificar de manera inapropiada. No estás despierto del todo, así que no tendrías por qué recordar necesariamente la experiencia, pero tu cerebro la almacena de todos modos, la guarda como un recuerdo. Esta es una de las razones por las que la mayoría de las experiencias sexuales reprimidas descubiertas durante las sesiones de hipnoterapia han quedado desacreditadas: sin pretenderlo, el terapeuta implantaba falsos recuerdos en la mente del sujeto cuando esta se hallaba abierta a la sugestión.