Maté veinte hormigas hoy.
Fumé dos cigarros anoche.
Los poemas son animales
en cierta forma, según Ted Hughes.
Tienen su propia vida y subsisten
por su cuenta, supongo.
Tres hormigas, dos hormigas, una hormiga.
Las aplasto con mi dedo índice.
Voy a aprender a respirar.
Leo poesía sobre la luz y sobre el amanecer.
“Esa idea perniciosa –escribió Pound–
de que un libro bueno
necesariamente tiene que ser aburrido”.
Tomo notas para el pasado que va a suceder en el futuro.
Ya no habrá dádivas
si no se demuestra la función social
de lo que uno va viviendo.
¿Es usted imprescindible?