En 1923, y para sorpresa general, el CR Vasco de Gama se declara vencedor del campeonato carioca. Fundado por inmigrantes portugueses, el club, que se reivindica democrático y popular —los colores negro, blanco y rojo de su uniforme representan a las identidades africana, europea y amerindia de Brasil—, alinea a un equipo formado por chóferes blancos y obreros negros. Una verdadera afrenta para los cuatro grandes clubes de Río, el Fluminense, el Flamengo, el América y el Botafogo, que, además de la blancura de los futbolistas, intentan sin éxito imponer la prohibición de presentar a futbolistas analfabetos o a jornaleros.