La palabra y la acción

profeta es el hombre que sabe “que lo que somos depende de lo que no somos aun”.27

Pero la profecía es también la irrupción de la esperanza y la utopía.

Pesimista, la palabra profética nace de un conocimiento profundo de la raíz del mal que no está en los caprichos de los dioses sino en el corazón del hombre

tarea a realizar es la de “desmitologizar”, la de denunciar la degradación del mito

Con el símbolo da comienzo ese “acto de exilio que es la conciencia”.23

manifestación” de algo oculto, invisible

el mito se inicia la “pedagogía de la transgresión”,22 transgresión del fenómeno en su apariencia neta, del mundo tal cual es percibido, tocado, visto, descriptible. Al interpretar, el mito inventa el

asume su palabra como un arma, la palabra que viene de su mundo, que emerge de su tierra, de su trabajo, de su clase, y su capacidad transformadora. La palabra entra así a formar parte de su praxis total como elemento clave de su liberación. P

Según aquellos el único futuro de estos, su desarrollo, está forzosamente ligado a la aceptación de un tipo de racionalidad productiva único capaz de arrancarles de la miseria, aunque ello suponga la muerte lenta de ese sacré que les daba razón de vivir

que buscaba era “un mapa para indagar no otras cosas sino la dominación, la producción y el trabajo pero desde su otro lado: el de las brechas, el consumo y el placer. Un mapa no para la fuga, sino