Parece que Temple Brooks Gault, el asesino en serie que se ha convertido en última pesadilla de la investigadora Scarpetta, ha vuelto a cometer un asesinato. La víctima es una mujer blanca cuya identidad es imposible de aclarar: las pistas encontradas en el escenario del crimen y en el cuerpo de la víctima son tan evidentes que parecen dejadas a propósitos como indicios de un desafío.