–Lo siento, me sigo olvidando quién eres –dijo–. Creo que es lo que más me gusta de ti, Brystal. Eres la persona más poderosa del mundo y aun así no te comportas de ese modo. A otros se le subiría a la cabeza el poder, pero tú eres increíblemente normal. Espero que no te moleste que diga eso.
–No hace falta que te disculpes, me hace bien escucharlo. Creo que eso es lo que más me gusta de ti, Siete… Me haces sentir normal.