Perséfone es la diosa de la primavera, aunque solo de nombre porque la realidad es que, desde que puede recordar, las flores se marchitan bajo su toque. Ante la incapacidad de usar sus poderes de diosa, decide mudarse a Nueva Atenas disfrazada como una periodista mortal con la intención de llevar una vida sin complicaciones.
Hades, dios de los muertos, posee un gran imperio del juego en el mundo de los mortales. Entre picas y corazones, los rumores se hacen oír y afirman que sus apuestas favoritas son aquellas imposibles de ganar.
Un fortuito encuentro entre Perséfone y Hades atrapa a la diosa en un contrato de términos imposibles: debe crear vida en el Inframundo o perderá su libertad para siempre. Pero la apuesta hará algo más que exponer el fracaso de Perséfone como diosa. Al tiempo que las semillas de su libertad se esfuerzan por florecer, sus sentimientos hacia Hades crecen sin poder evitarlo, a pesar de saber que están… prohibidos.