Cuatro son las virtudes confucianas: Yi (rectitud, justicia, equidad), Ren (benevolencia, humanidad), Zhong (lealtad, fidelidad) y Xiao (piedad, atención, respeto y reverencia a los padres).
Cuatro, como los puntos cardinales o los lados de un cuadrado perfecto.
En «Los ritos de Zhou», un manual de conducta confuciana escrito en torno al siglo III antes de Jesucristo, se habla ya del minghun, «el matrimonio en el más allá». En la China más rural y alejada de la «civilización», si una persona muere en la infancia, antes de haber contraído matrimonio, estará condenada a vagar sola por el otro mundo, el de las sombras, arrastrando eternamente una segunda existencia llena de vacío. Para los campesinos, una vida sin matrimonio es una vida incompleta.