El abuso es siempre un abuso de poder y un abuso de confianza, especialmente en las relaciones de dependencia. En este sentido utilizamos el término “abuso”, y lo utilizamos en plural, porque existen múltiples formas de abuso (abusos espirituales, psicológicos, sexuales, etc.).
En este número de Concilium nos preguntamos por el papel y la responsabilidad institucional y teológica de la Iglesia católica, tanto por causar sufrimiento al permitir relaciones abusivas como por sus prácticas de encubrimiento. La reflexión teológica de los artículos de la primera parte se centra en la escucha de las voces de quienes han sufrido abusos, y en la segunda parte reflexionan sobre la conexión entre abusos, poder e institución.