Naturaleza muerta con flores
Una semana, y parte de la compra en el mercado continúa en la
[cocina.
Me pregunto para qué fue cuidadosamente escogida,
si ahora es inútil para el consumo. Los frutos
perdieron la lozanía, los antes verdes, rojos y amarillos
que tanto agradaban a las pupilas, y habían determinado éste sí,
aquél no, fueron maculados por la paleta del tiempo,
aguarrás que desde el primer día les roba brillo.
Aquí y allá, las pieles rugosas se oxidan y, como un cáncer,
un negro-necrosis se extiende en la misma proporción
que las albas colonias (los cuerpos marchitos se explican
por lo que fue azúcar y hoy escurre alcohólico por el frutero).
Así son los frutos, se mueren separados de quien los nutre.
A papas, zanahorias y cebollas no les fue reservado otro
destino, pero antes de descomponerse intentan, porque
no olvidan que son raíces, plantarse en el aire, donde
los mosquitos evolucionan. La corona de higos está seca.