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Virginia Woolf

Al Faro

  • Nora Alvarezhas quoted11 days ago
    como si fuera el peor delito que alguien averiguara que un hombre honrado era feliz en un mundo tan desdichado como éste.
  • Nora Alvarezhas quoted11 days ago
    Daba la espalda a la ignorancia de la humanidad, a su destino, y al mar que se comía el suelo sobre el que estamos; el mar que, si se hubiera atrevido a contemplarlo fijamente, le habría permitido llegar a alguna conclusión
  • Nora Alvarezhas quoted11 days ago
    Era su poder, su don, el saber desprenderse al punto de todo lo superfluo, encogerse y disminuir hasta parecer más agudo, más fino,
  • Nora Alvarezhas quoted11 days ago
    que necesitaba consuelo, whisky, y alguien a quien contarle inmediatamente sus penalidades
  • Nora Alvarezhas quoted12 days ago
    Finalmente, tras guardar la pipa en el bolsillo, inclinada la magnífica cabeza ante ella, ¿quién lo censuraría si rindiera homenaje a la belleza del mundo?
  • Nora Alvarezhas quoted12 days ago
    Buscar la verdad con tan asombrosa falta de consideración hacia los sentimientos de los demás, rasgar los tenues velos de la civilización con tanta insolencia, tan brutalmente, le parecía a ella que era un horrible ultraje contra la decencia humana, y, sin contestar, sorprendida y cegada, bajó la cabeza, como para dejar pasar el turbión de granizo, la bocanada de agua sucia, y que, sin protesta, la salpicara. No había nada que decir.
  • Nora Alvarezhas quoted12 days ago
    Lo sabía, sabía todo sin haber estudiado. Su sencillez acertaba donde los inteligentes se confundían. La singularidad de su mente, que le hacía caer directa, a plomo, como una piedra, que le hacía aterrizar con la precisión de un ave, le otorgaba de forma natural esta caída, este descenso en picado del espíritu sobre la certeza; un descenso que complacía, tranquilizaba e inspiraba confianza, quizá falsamente.
  • Nora Alvarezhas quoted12 days ago
    esto duró hasta el punto en que el pensamiento, que se revolvía cada vez más y más aprisa, estalló a causa de su propia intensidad;
  • Nora Alvarezhas quoted12 days ago
    seguir sus propios pensamientos era como seguir una voz que hablara tan aprisa que el lapicero no pudiera seguir la palabra; pero la voz era la de ella, y decía, sin que nadie se lo apuntara, cosas evidentes, contradictorias y eternas; de forma que las grietas y rugosidades del árbol quedaban irrevocablemente definidas para toda la eternidad.
  • Nora Alvarezhas quoted12 days ago
    ¿Qué pensar?, ¿cómo juzgar a las personas?, ¿qué pensar de ellas?, ¿cómo se sumaba esto y aquello para llegar al resultado de si una persona te gustaba o no? Y en cuanto a esas palabras, después de todo, ¿qué sentido podía atribuírseles?
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