Durante nuestra breve estancia en el planeta Tierra, nos debemos a nosotros mismos y a nuestra descendencia la oportunidad de explorar. En parte porque es divertido, aunque hay una razón mucho más noble. El día en que nuestro conocimiento del cosmos deje de expandirse, nos arriesgamos a retroceder a la visión infantil de que el universo, en sentido figurado y literal, gira alrededor de nosotros. En