Cuando, en los días de la guerra del Pacífico, un avión enemigo se estrella en las montañas de una aldea de cazadores, los habitantes capturan al único superviviente, un soldado negro. En una aldea hundida en un valle, en mitad de un bosque y asilada después de una durísima estación de las lluvias, cerrada la escuela, los niños descubren con la llegada del prisionero negro una realidad excepcional, entre el terror y el asombro.La contemplación de lo desconocido se disfrazará de amaestramiento. Pero el narrador, uno de los niños que vigilaron a la presa extraordinaria, irá adivinando que los amaestrados son los que miran cada gesto del sorprendente soldado negro. El extraño altera el curso de los días repetidos: como si lo sagrado irrumpiera en la vida, y la transformara dotándola de un sentido nuevo.