Unamuno se presentó como poeta cuando ya era conocido en otros campos, ya que su dedicación a la poesía brota en él tardíamente, pero pronto se convirtió en una práctica habitual, ya que, entre su primer poemario, Poesías (1907), y el Romancero del destierro (1928), publica siete libros. El rasgo distintivo de su poesía es el carácter confesional: él autor coincide con el sujeto lírico, lo que explica la diversidad de contenidos que trata y convierte su poesía en un testimonio de su evolución espiritual y artística.