crearon Bolsas de Trabajo, juntas de conciliación entre patronos y obreros, se estableció media fiesta semanal en establecimientos mercantiles, se fijaron condiciones de trabajo y salarios mínimos en varias industrias que exigían un penoso esfuerzo físico. Sus mayores esfuerzos se dirigieron sobre todo a «rescatar a los niños» de la explotación y a proteger a «quienes se caían del andamiaje de la vida moderna», es decir, parados, enfermos y ancianos