Leonid Andréiev

Conocía por sus nombres a todo el personal, así como a todos los miembros de la orquesta y a todos los cantores y cantatrices rusos y bohemios.

pero en lo profundo de su alma sentía una extraña inquietud, como si se hubiera olvidado de algo muy grave y no pudiera recordarlo, a pesar de todos sus esfuerzos.

Las personas inteligentes han observado desde hace tiempo que la felicidad es como la salud: cuando la tienes, no la percibes. Pero, cuando pasan los años, cómo recuerdas la felicidad, ¡oh, cómo la recuerdas!

ieve.

-¿Hoy está usted de guardia en la recepción? -pregunté bostezando.

estoy muy contento. Gracias a Dios: cuanto más aleja‍

Unos cuatro minutos después de la inyección comencé a diferenciar las ondas del dolor:

Sería fantástico que el médico tuviera la posibilidad de experimentar en sí mismo diversas medicinas.

Nunca había tenid

V
El amanecer del 14 de febrero