los seres humanos no somos racionales; no tomamos decisiones con una medida y cuidadosa evaluación de la información disponible, considerando todos los aspectos posibles de una manera equitativa, sino que vamos muchas veces por golpes de lo que llamamos intuición, a carajo sacado, guiándonos por información incompleta que con frecuencia está fuertemente filtrada por nuestros propios prejuicios y creencias previas