Es decir, muchos creen que aceptar la verdad del cristianismo requeriría que cambien sus ideas, amigos, prioridades, estilo de vida o moral, y no están dispuestos a ceder el control de sus vidas para poder hacer esos cambios. Creen que la vida sería más fácil y más divertida sin esos cambios. Tal vez se percaten de que, si bien el cristianismo tiene que ver con el perdón, también se trata de negarse a sí mismo y llevar su cruz. De hecho, el cristianismo es libre, pero puede costarte la vida