Desde esta época hasta el año 150 d. de C., el área maya conoció un desarrollo considerable. Así, siempre en la línea de continuidad de la tradición olmeca, se construyen centros ceremoniales imponentes como Chiapa de Corzo, Tonalá, Izapa, Chalchuapa, Abaj Takalik, Chocolá, El Baúl, Monte Alto y Kaminaljuyú.