Burton, en el capítulo titulado “La mala dieta como causa de melancolía”:
Entre las hierbas que han de comerse, calabazas, pepinos y melones están prohibidos, pero especialmente la calabaza: produce sueños perturbadores y envía vapores negros al cerebro. Galeno, de todas las hierbas (Loc. affect., lib. 3, cap. 6), condena la calabaza, e Isaack (lib. 2, cap. 1, “animae gravitatem facit”) asienta que trae pesadumbre al alma.