el martirio, es Cristo mismo quien sufre y reproduce su Pasión. Se conoce la réplica de santa Felicidad; detenida en Cartago en 202, gemía al dar al mundo a su hijo en la cárcel, poco antes de su martirio. Al carcelero que le decía: «Si tu gimes ahora, ¿qué harás cuando te echen a las fieras?», le respondió: «Ahora soy yo quien sufre, entonces habrá otro en mí que sufrirá por mí, porque es por él por quien yo sufriré entonces».