—Algunas cosas existen en nuestras vidas sólo durante un breve momento y debemos dejarlas ir para que iluminen otro cielo.
cristel2089has quotedlast year
Debe decirse. Estas verdades, por muy duras que sean, deben decirse
Mariana Castellanoshas quoted2 years ago
Después de todo, no esperaban que sobreviviera más allá de la mañana siguiente
Mariana Castellanoshas quoted2 years ago
Por fin, el padre miró a su hijo. Tenía los ojos demacrados y hundidos, como si algo tirase de ellos desde dentro.
Mariana Castellanoshas quoted2 years ago
—Nunca habéis comprendido a Jalid. No se trata de fuerza. Se trata de sustancia. Lo que está por venir destruirá lo que queda de él y dejará una cáscara…, una sombra de lo que una vez fue.
Mariana Castellanoshas quoted2 years ago
El muchacho apoyó los codos en las rodillas y se rodeó la frente con las manos. Luego se tapó los ojos y las palabras resonaron a su alrededor, abarrotando sus oídos con la promesa de una vida anclada en el pasado.
Mariana Castellanoshas quoted2 years ago
El dulce aroma a azahar se colaba por las celosías de madera que daban a la terraza, como susurros de una libertad ahora inalcanzable.
Mariana Castellanoshas quoted2 years ago
Su pelo azabache resplandecía como obsidiana pulida y sus ojos avellana estaban perfilados con rayas alternas de kohl negro y oro líquido. En el centro de la frente le colgaba un rubí con forma de lágrima del tamaño de un pulgar; su gemelo pendía de una cadenita alrededor de su cintura descubierta rozando el fajín de seda de sus pantalones. El manto era de damasco pálido con hilos de plata y oro que se entremezclaban formando un intrincado patrón que se iba haciendo cada vez más caótico a medida que se ensanchaba por los pies.
«Parezco un pavo real bañado en oro».
Mariana Castellanoshas quoted2 years ago
Se clavó las uñas en las palmas, dejando unas medialunas de acerada determinación.
Mariana Castellanoshas quoted2 years ago
Cuando llamaron con suavidad a la puerta, tres cabezas se volvieron…
conteniendo el aliento al unísono.
A pesar de su fortaleza recién descubierta, le empezó a martillear el corazón.