Detenerse en la orilla significa quedarse enredado en los seis sentidos y sus objetos. Si practicáis diligentemente, no os perderéis en las sensaciones que resultan del contacto de ambos. Hundirse significa ser esclavo del deseo y la codicia que despojan al practicante de la energía para perseverar en el camino. Encallar significa preocuparse por satisfacer los deseos propios, buscando constantemente el beneficio y el prestigio personales y olvidando la meta de la Iluminación. Ser sacado del agua significa perderse en la dispersión y entretenerse con personas poco convenientes, en lugar de proseguir con la práctica. Ser tragado por un remolino significa quedar atado por las cinco categorías del deseo —la buena comida, el sexo, el dinero, la fama y dormir—. Pudrirse es llevar una vida de falsa virtud; engañar a la Sangha, haciendo uso del Dharma para satisfacer los propios deseos.