La maternidad tiene mucho de incomodidad; es incomodo ver espejados nuestros más odiados atributos en nuestros hijos, la pérdida frecuente de la paciencia, la sensación de pérdida de control, la pérdida de libertad y, además, para las que queremos “triunfar” profesionalmente, nos pone en lugares de tensión todos los días.