Y entonces Galo pensó que lo que el cura llamaba progreso, que no se podía detener nada más porque su madre tuviera migrañas, era en realidad una máquina, tan importante y poderosa como la que él cuidaba, pero que servía para borrar la memoria, para hacer que los hombres se olvidaran de lo que habían sido o lo que les había pasado y siempre tener que empezar otra vez; y empezar otra vez quería decir volver a hacer las mismas cosas