Jordi Sierra I Fabra

Los devoraba leyéndolos, de cabo a rabo, incluso lo que decían las solapas y la contraportada, ¡y la página de créditos!, sí, esa que está justo entre el título y el primer capítulo, donde se dice en qué año se publicó el libro, quién es el editor o el director de la colección...

Los devoraba leyéndolos, de cabo a rabo, incluso lo que decían las solapas y la contraportada, ¡y la página de créditos!, sí, esa que está justo entre el título y el primer capítulo, donde se dice en qué año se publicó el libro, quién es el editor o el director de la colección...

mientras el resto de paseantes perseguía el tímido sol que jugaba al escondite con las nubes que sembraban el cielo de malos presagios.

su cabeza entró en una espiral de miedos y angustias–. Quiero decir..

fue lo único que logró decir su esposa entre las brumas de su nueva realidad

Tuvo una extraña sensación, ajena a la realidad primordial.
Una sensación egoísta, propia, mezcla de rabia y desesperación

También Luciana, claro, pero su hermana mayor se había ganado finalmente sus primeras y decisivas cuotas de libertad. Luciana ya estaba dejando atrás la adolescencia

siento porque estoy a sus puertas. Puedo dar un paso y olvidarme de todo para siempre.
Un simple paso. Pero no puedo moverme

mundos, perdida, tal vez eternamente, en una dimensión desconocid

Los dos se reconocieron en mitad de la nada, envueltos en su soledad