Este libro se lee muy actual a pesar de haberse escrito en la década de los sesenta; pensar la comunicación como un sistema y entender las relaciones humanas desde el proceso comunicacional para explicar situaciones como la esquizofrenia e incluso la hostilidad entre naciones.
En “Lo malo de lo bueno” se plantean ideas interesantes que ponen en tela de juicio el supuesto de que la verdad se esconde en alguna parte y que la vida consiste en buscar dicha verdad a toda costa, a pasos agigantados, sin descanso; y que el fracaso en dicha tarea solo nos demuestra que los procedimientos de búsqueda no han sido lo suficientemente sofisticados y que la desilusión resultante de esto solo nos debería incitar a seguir buscando. Y así vamos desilusión tras de desilusión. Qué locura.