¿Cómo se trabaja con la materia oblicua del recuerdo, con sus paisajes heridos, para edificar sobre un dolor ajeno en territorio propio?¿Qué trazos delinean el futuro mientras se mira hacia el pasado? Un dolor que nos es ajeno, un dolor impreso en el paisaje, con el hormigón o el cristal esmerilado, si el pasado tiene forma de neblina, como el de aquellos que nos olvidaron, como lenguaje de la memoria.