Con los santos, sin embargo, se daba una ruptura respecto a los antiguos héroes. En Oriente, las muertes atroces y el sufrimiento de los mártires les había conseguido la vida eterna; los ermitaños habían renunciado a todo contacto humano y se privaban de todo placer. Salvo las atribuidas al arcángel san Miguel, las proezas de los nuevos paladines estaban vinculadas con cierta pasividad, todo lo contrario a las hazañas de los invencibles héroes antiguos. En Occidente, en cambio, los santos más populares fueron los
Diferencia fundamental entre el mundo, pagano oriental, y el mundo cristiano occidental.