Alan Moore

Si volviésemos a nuestras raíces de hacer, crear y diseñar, nuestro mundo sería un mejor lugar donde vivir.

Belleza sin vanidad

fuerza sin insolencia

valor sin ferocidad

—

John Hobhouse (1786-1869)

Siempre me han fascinado las cosas bellas: la arquitectura, los muebles, los libros. Las cosas bellas se preparan con amor. El acto de crear algo bello es una manera de aportar el bien al mundo. Es un hecho lleno de optimismo que, de una manera sencilla, nos dice: la vida vale la pena.

El esfuerzo por crear una belleza duradera no depende del estilo, sino de la verdad.

Reflexiona acerca del poético uso de la frase salva corpus amanti que hace Edgar Mitchell. Si queremos prosperar en este planeta, debemos ver nuestro mundo como un todo interconectado, tenemos que «salvar el cuerpo del amante». Tenemos que entender que la humanidad también es un sistema vivo, interconectado a un nivel profundo con los sistemas de la naturaleza. Todos surcamos flujos de materia, energía e información, así que es absurdo empeñarse en rechazar la interpretación de nuestro mundo como algo interconectado y en intentar describirlo, por el contrario, como un lugar que debe gestionarse igual que los números de una hoja de cálculo de Excel, privado de significado, contexto, comunidad e historia. Esto podría suponer nuestra ruina

¿por qué no seguir la máxima de William Morris? «No tengas en tu casa nada que no sea útil o bello.»

La belleza es lo que confiere inmortalidad a las cosas.

Ves las cosas tal como las ves con los ojos, pero las experimentas de una forma emotiva y visceral, como si fuera un éxtasis y una sensación de unidad y armonía totales

La ecuación de Dirac es la relación simétrica de los electrones con el mundo natural. La armonía, la simetría y las matemáticas apuntan a esta elegancia atómica.

El filósofo Ralph Waldo Emerson dijo que la cuestión de la belleza nos aleja de la superficie y nos lleva a pensar en los fundamentos esenciales de las cosas