Mi problema es sencillo: soy un refugiado ambicioso. Imperdonable. Las cosas perdonables en un inmigrante son la pobreza, el analfabetismo, la poligamia, las caries, la corpulencia, los pelos de la nariz que sobresalen de las fosas nasales, etcétera. Pero ser un inmigrante con aspiraciones es saltarse la norma. Y más aún con una aspiración tan francesa: escribir libros
Pero ser un inmigrante con aspiraciones es saltarse la norma