–¿Y bien, Asher? Se acaba el tiempo.
Hoffman deja escapar un suspiro. Es de rendición.
–Renuncio.
La palabra es solo un susurro, pero sé que es suficiente, sobre todo cuando la pantalla se enciende y la Emperatriz y los Imperiales nos contemplan desde ella. Sadie Craft parece extasiada, como si estuviera teniendo el mejor día de su vida.
–Asher Hoffman, ¿quieres renunciar?
Él aprieta la mandíbula. Sus ojos no se apartan de Sasha, como si deseara grabarse a fuego en la memoria cada uno de sus rasgos. Supongo que piensa que no lo verá más, que es consciente de que no está dejando solo el Edificio, sino toda la vida que tenía con él. Ahora van a estar distanciados por algo mucho mayor que algunas discusiones puntuales. Los Testigos y los Iconos no se mezclan. No viven en las mismas zonas, no tienen espacios comunes. Los Testigos, de hecho, tienen el paso restringido a la mayoría de lugares que sí pueden ocupar los Iconos.
A partir de este momento, Asher y Sasha son de mundos distintos. Solo podrían ser más diferentes si Asher se convirtiera en un Desconectado...
–Sí. Renuncio –susurra.
–Asher Hoffman, coge el ascensor y...
Pero mi disparo acalla a la Emperatriz. Asher da un respingo cuando siente el dardo en su propio cuello y me mira con sorpresa.
–¿Qué...?
–Podréis despediros cuando despertéis de la siesta.
Asher entrecierra los ojos, pero no le da tiempo a decir nada más, porque sus párpados ceden y su cuerpo cae, todavía abrazando a Sasha. Cuando miro hacia arriba, me doy cuenta de que Sadie tiene las cejas alzadas, incrédula por mi interrupción. El resto de Imperiales se miran entre sí, aunque veo a Silena sonreír, con los brazos morenos cruzados sobre el pecho. Yo tan solo me encojo de hombros.
–A los Testigos les encantará verlo.
Los corazones que salen del cofre de Pandora me dan toda la razón.
Blake Cooper (está loca)
💙👄💔