Me deslizaré a lo largo de los rayos de la luna hasta llegar a tu cama, y me echaré sobre tu pecho mientras duermas.
Me convertiré en ensueño, y por la estrecha rendija de tus párpados descenderé hasta lo más profundo de tu reposo. Te despertarás sobresaltada y mientras mires a tu alrededor huiré en un momento, como una libélula.
En la gran fiesta de Puja, cuando los niños de los vecinos vengan a jugar en nuestro jardín, yo me convertiré en la música de las flautas y palpitaré en tu corazón durante todo el día.