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Miguel Garcia

  • Diana Riverahas quoted2 years ago
    cuando una persona muere solo aparenta morir. Sigue viva en el pasado, así que es una tontería que la gente llore en su funeral. Todos los momentos, pasados, presentes y futuros, han existido siempre y siempre existirán.
  • Diana Riverahas quoted2 years ago
    Era absolutamente necesario recurrir a la crueldad porque Billy no hacía nada por salvarse. Billy quería abandonar. Tenía frío, hambre y vergüenza, y era un inútil. Después de esos tres días, apenas sabía si estaba despierto o dormido, y tampoco veía muchas diferencias entre andar o estar quieto.
  • Pablohas quoted4 months ago
    significa ahora mucho más que el principio y el final de una existencia registrada en un archivo olvidado en un país olvidad
  • Pablohas quoted4 months ago
    Nunca sabes cuándo te has librado de las trampas de una vida pasada, vuelven de manera subconsciente.
  • Pablohas quoted4 months ago
    Pero no hay que dar por sentado que las diferencias, las otras identidades, no existen; no hay que dar por sentado que son como elementos que se combinan en un laboratorio para producir una sustancia y crear una pintura resistente y decorativa o una explosión según el imperativo de cada época.
  • Misaelhas quoted2 years ago
    Sabaoth, Metraton, Almousin y Zariatnatmik
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quotedlast year
    un lado, de independencia suficiente para sopesar mis datos por sus horribles y convincentes méritos o a la luz de ciertos mitos primordiales y ciertamente desconcertantes, y, por el otro, de suficiente in‍
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quotedlast year
    regiones exploradas en diversos grados por Shackleton, Amundsen, Scott y Byrd.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quotedlast year
    La Fundación Nathaniel Derby Pickman financió la expedición, ayudada por algunas contribuciones particulares.
  • Miguel Ángel Vidaurrehas quotedlast year
    Entre las cumbres desoladas soplaba a rachas intermitentes el terrible viento antártico; sus cadencias a veces me recordaban un vago silbido musical y casi sensitivo, cuyas notas abarcaban un registro muy amplio, y que por alguna razón mnemónica subconsciente me pareció inquietante e incluso vagamente amenazador. Aquellas escenas me recordaron los extraños y turbadores cuadros asiáticos de Nikolái Roerich, y las aún más extrañas y turbadoras descripciones de la maligna y fabulosa meseta de Leng que aparecen en el temido Necronomicón del árabe loco Abdul Alhazred.
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