En defensa de la patria algunos robaban, hacían contrabando, asesinaban, otros hacían todo eso a la vez, algunos le cogieron tanto el gusto que empezaron a matar en masa, otros ganaron «dinero fácil» con la «facilona» retórica del patriotismo. En este momento, las mayores víctimas del súbito ascenso de las élites político-económicas, de su ignorancia, arrogancia, corrupción y brutalidad, son cientos de miles de personas despedidas para las que no existe esperanza de volver a encontrar trabajo un día, y los jóvenes desempleados que se unen a ellos.