Fernando Soto Aparicio

Y eso es lo que se necesita: que mucha gente lea esta obra, para que piense seriamente a dónde nos está llevando el odio.

El hombre deserta de la vida cuando muere,

y deserta de la muerte cuando nace.

Pero como sólo se nace para morir,

la deserción es imposible.

Lunaluz y Lucas salieron al corredor

Solodios era como un pueblo abandonado, deshabitado a

con el sacrificio de unos pocos se aseguraban la tranquilidad de muchos

acarició de nuevo, sintió la tibieza húmeda de los labios cerrados, presionó sus senos, quiso alborotarlos repasando mentalmente las lecciones de esos libros que señalaban los pasos para llegar a las playas doradas del placer,

bueno aclarar el chocolate no vaya y sea la mala suerte y nos dé una cirrosis.