Y, sin embargo, lo que había comenzado como el arte de la transformación, de metales comunes a oro, de vida mortal a vida eterna, rápidamente se asoció a un aspecto más oscuro y peligroso, ya que, aparentemente, del poder de la alquimia podía abusarse. Lo que había encendido el fuego de la imaginación parecía estar siendo avivado por la avaricia. Lo que empezó como una ciencia y un arte, ya en el siglo IV había sido etiquetado como astrología, ritual y magia. Los griegos prohibieron los libros sobre alquimia y la alquimia fue proscrita y reprimida, y los alquimistas, marginalizados y vilipendiados. Y ahora, con el redescubrimiento de los escritos alquímicos de Newton, se abría la posibilidad de impulsar la alquimia, para «alquimizar», para crear una nueva mezcla, una mezcla probada en fuego