Cuando tocas en el extremo negativo del teclado mental, te sientes deprimido, débil, pasivo, aturdido, temeroso y cobarde. Te descubres incapaz de progresar o triunfar, tu efecto sobre los demás es prácticamente nulo. Te ves arrastrado por ellos, en lugar de liderarlos, y las personas más positivas te tratan como un trapo.