Instrucciones
No sabes cómo pesa un muerto. Desvestirlo, vestirlo. Ponerle su camisa favorita o el vestido de novia. Se te puede romper el alma intentando meter un solo brazo en la manga. Incinéralo de inmediato, que arda bien pronto, que se consuman sus verdosidades. Hay tanto por hacer. Más vale empezar cuanto antes. Contempla el oscuro humo que escapa de la chimenea del crematorio. ¿Una verdadera despedida? Sopla.