Encontramos en el libro del Apocalipsis tres capítulos que en su contenido total aluden directamente al poder imperial y religioso de la Roma joanina (Apocalipsis 13, 17 y 18). El juicio de la Babilonia apocalíptica ya se había preanunciado en dos pasajes proféticos: «… Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación» (Apocalipsis 14:8). «… y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios para darle el cáliz del vino del ardor de su ira» (Apocalipsis 16:19)