Así como el poder imperial de los césares estuvo apoyado en el poder religioso, el anticristo y su organización de naciones confederadas se alianzará con el sistema religioso apóstata de los últimos días. Dicho organismo apóstata y fraudulento por un tiempo dominará religiosamente sobre los diez reyes. Esta ramera será algo así como la esposa del anticristo.
El anticristo afianzará su poder por medio del «falso profeta», de las diez naciones y de la religión-ramera. Una vez que los diez reyes se den cuenta de que no necesitan más la propaganda religiosa, en estas naciones de dichos reyes se levantará una terrible persecución contra este sistema religioso. Esta organización religiosa será abolida, perseguida, sus templos saqueados, sus líderes encarcelados, torturados, asesinados